Nuevamente un productor rural sufre las consecuencias del flagelo de las jaurías, de los perros sueltos que destrozan y matan ovinos.
Esta vez la suerte la corrió un productor de la zona de Camino Perinetti, en las cercanías de Poblado Alonso, en Treinta y Tres.
Las imágenes son más que elocuentes. Y la pregunta ya resulta tan dolorosa como reiterativa: hasta cuándo?